martes, 12 de junio de 2007

NARRATIVA: TIEMPO DE NAVIDAD

De nuevo diciembre, último en el calendario de sueños que cierra el año. El frío arrecia y las cumbres se cubren de nieve sobre nuestras anodinas cabezas. Atrapados en el tiempo, prisioneros del ayer, quedan los incontables momentos de una vida. Para muchos es el final de una meta y un paso esperanzado hacia el futuro que espera con rostro de sabio. Para otros, un abrazo que nos empuja cada vez más hacia la innegable eternidad de los siglos. Sin duda, un año más, un año que nos hace más viejos, un año que nos lleva a aceptar la melódica armonía de vivir. Ya lo dijo Horacio en su Oda famosa: “¡Cuánto mejor es soportar lo que sea, tanto si Júpiter nos ha concedido muchos inviernos como si es el último éste que ahora azota el mar Tirreno con su oleaje adverso!”. Hoy sólo soy una simple transeúnte del invierno. Pero diciembre, siempre ajeno a su importancia, se viste de navidad. Las calles recobran sus lucecitas brillantes, los escaparates enseñan sus mejores galas y los corazones se inflaman con el color de la amistad. Los adultos se hacen niños y los niños crecen imbuidos por el ritmo de las panderetas y sonajas. Diciembre me trae la sonrisa de un nuevo San José, la tierna mirada de María y el llanto sincero de Jesús en el pesebre.
¡Diciembre blanco sobre nuestras manos heladas! ¡Qué ilusión en las frías tardes junto al fuego, de los hogares cargados de invierno, o en los paseos nocturnos por las aceras sonámbulas de la ciudad, sentir sobre el fondo abierto del alma la sutil caricia de un mundo mejor.
Feliz diciembre para todos asomados a las palabras del soñador (Carlos Reviejo):
Si acaban las guerras,
si empieza la paz,
si el odio se vuelve
amor y amistad,
tal vez para siempre
sea navidad.

Ana Herrera
Emitido en La Firma de la Cadena Ser Costa del Sol y Amicam radio Campillos.

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"Cuatro rosas y un sueño", por Ana Herrera Barba

E-BOOK
Un enfoque histórico, un trasfondo de exotismo, cuatro mujeres de otro tiempo, cuatro rosas que nos hablan desde el ayer para hacernos reflexionar sobre el presente más cercano. Cuatro mujeres que sintieron las mismas inquietudes de la mujer actual, que se entregaron a sus sueños y al amor, y que padecieron el dolor sobre sus almas de violeta. La primera es la voz de una mujer del antiguo Egipto, que dejó grabada su historia sobre una losa de piedra que se encuentra en el Museo Británico de Londres. La segunda, Hipatia, la última directora de la Biblioteca de Alejandría, primera filósofa y científica de occidente, lapidada en su ciudad en el 415 d.C. Walläda, la última princesa del califato Omeya de la ciudad de Córdoba; vivió en el siglo XI, y fue una mujer rebelde y una excelente poeta. Mumtaz Mahal, la mujer que inspiró la construcción del Taj Mahal, esa maravilla de la arquitectura moderna que Tagore bautizó como “Una lágrima en la mejilla del tiempo”. Cuatro relatos y cuatro poemas que nos desvelan las voces de ayer que no son sino las voces de hoy y las voces del mañana.